El otro día asistí al cine a ver la película "Jobs", una de las películas de las cuales más se ha hablado en los últimos meses, sobre todo en el circuito tecnológico (chiste aparte). Yo ya me conocía la historia de Jobs, me conocía la historia de Apple (escribo de la compañía hace años, aprendes un par de cosas a lo largo del camino) y había visto la película anterior a esta "Los piratas de Sillicon Valley". No obstante, aún habiendo hecho todas estas cosas, habiendo sabido toda esta información de antemano, la película "Jobs" cambió mi vida y me enseñó tres lecciones que creo que se quedarán conmigo por el resto de mi vida.
1) Me enseñó que incluso el CEO de la compañía más importante del mundo empezó "desde abajo". Muchas veces tenemos esta noción preconcebida de que no podemos hacer nada si no nos encontramos desde el principio en una posición de poder. Si no tenemos x recursos económicos ó x recursos mentales nos parece que no seremos capaces de cambiar el mundo. Steve Jobs no pensaba así y trabajó el Atari, un trabajo que no le gustaba pero lo hacía, lo hizo durante una larga temporada porque necesitaba aprender pero aquello no quita que no tuviera las ideas claras.
2) Me enseñó que nadie creerá en mi si yo no creo en mi mismo. A menudo cuesta tomar riesgos, lanzarse a la aventura de creer de verdad en uno mismo y hacer los sacrificios pertinentes para lograr sus sueño pese a que no sea "Lo establecido". Pero de nada sirve tomar ningún riesgo si tu no crees verdaderamente en tí mismo. Steve creía en sí mismo, creía en lo que quería conseguir y creía en su producto. Es por este motivo, por esta confianza y seguridad que transmitía que consiguió que invirtiesen 250 mil dólares en una compañía que ni siquiera existía. Consiguió que alguien invirtiera 250 mil dólares en una idea que a esas alturas bien podría haber sido lo mismo que decrirle a alguien hoy que invierta todo lo que tiene en que Nokia va camino al progreso (sin ofender).
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3) Me enseñó que no es necesario ser "majo" para ser exitoso. No es necesario ser simpático, no es necesario que le caigas bien a todo el mundo, no es necesario que estén todos de acuerdo contigo. Cierto es que podría haber sido más delicado al gestionar Apple. No obstante, Steve tenía claro lo que quería y tenía una muy buena visión, la gente lo sabía y por eso se quedaban en Apple.
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4) Me enseñó que debo creer en mi producto, aunque nadie más crea en él. Tú eres quien lo va a desarrollar, tu eres quien carga con el peso de crear algo grande, a lo mejor nadie más cree en tu producto, pero como tu dejes de creer en él realmente estás jodido. Steve sabía lo que hacía porque confiaba en sí mismo y creía en cada producto que Apple lanzaba, desde el Macintosh todo el camino hasta el iPad y el iPhone.
5) Me enseñó que el minimalsimo es bueno tanto para la mente como para el espíritu. Steve Jobs no era simplista únicamente en sus productos, no era minimalista solo en los gadgets que lanzaba, también lo era en su vida. Steve tenía tres cosas en su vida: Su familia, Apple y Pixar. Nada más le importaba, nada más le trascendía, se enfocaba solo en estas tres cosas y a menudo solo en Apple. Su filosofía era que cuando más simple veamos la vida, más felices seremos, esta frase queda patente en una de las primeras escenas de la película y se puede valorar que Steve la tomó a pecho, creando productos que apuntasen a la simplicidad y que simplemente funcionasen.
¿Tú qué opinas? ¿La película del fundador de Apple te transimitió algo?