A la primera se lo "perdonamos"
Así, durante su primera renovación, el equipo se lanzó a ofrecer una pantalla más grande y una cámara con 3 megapíxels más y autoenfoque. Los componentes internos de mantuvieron iguales, la autonomía empeoró y la densidad de píxels por pulgada bajó al aumentar el tamaño de la pantalla.
Pese a eso, estábamos en el 2014 y las prestaciones que ofrecía el Moto G de segunda generación seguían siendo superiores que la mayoría de los terminales que nos encontraríamos en su rango de precios con lo que le "perdonamos" no ser tan innovador como su predecesor.
Ahora, con la tercera iteración, Motorola ha mantenido la misma pantalla, mejorado ligeramente el procesador, mantenido la RAM, mismo almacenamiento, incluido soporte para redes 4G, mejorado las cámaras, la batería y le ha dado un certificado IP67.
El Moto G ya no es TAN barato
Vale, nadie dice que estas mejoras no sean apreciables pero también debemos tener en cuenta que el precio del Moto G también ha subido. Concretamente ha subido en 20 euros respecto a la versión anterior, que se comercializaba en nuestro país por 179 euros (159 euros en Amazon).
Motorola ya no es sinónimo de revolución
El Moto G ya no es ese gran terminal de referencia en el sector. A día de hoy son muchos los que pueden competir y que lo hacen activamente para ofrecer una relación calidad/precio verdaderamente estupenda. Así de golpe puedo pensar en el Bq Aquaris E5 HD, por poner un ejemplo. El Galaxy S3 Neo es otro ejemplo con una pantalla Super AMOLED por 165 euros, el Galaxy Grand Prime también entraría en esta categoría.
De este modo lo cierto es que Motorola ha perdido en gran parte la fuerza con la que lanzó el Moto G. Se nota que la empresa ya no es propiedad de Google. Se nota que la empresa busca rentabilizar su terminal a toda costa y se espera que este tipo de mejoras incrementales se mantengan en el tiempo.
Motorola ya no está respaldada por una empresa como Google cuyo único objetivo era lanzar un terminal verdaderamente revolucionario aunque generase pérdidas a la empresa con la meta de ofrecer una experiencia Android completa a un precio asequible (como quiso hacer en una primera instancia con la gama Nexus que nunca llegó a popularizarse).
¿Qué depara el futuro para la línea Moto G?
Tal y como se encuentra el panorama Motorola tendrá dos posibles vías de acción de cara al próximo Moto G;
1) Bajar el precio aún más en la nueva iteración a la par que mantienen las mismas especificaciones
2) Mejorar notablemente las especificaciones internas poniéndolo a la par con la gama alta pero manteniendo un precio como el actual.
Si Motorola finalmente no opta por ninguna de estas dos vías de acción entonces lo único que les queda es seguir iguales y eventualmente, al llegar la próxima iteración del Moto G, ya no vamos emocionarnos con su lanzamiento, ya no nos va a importar y ya no va a ser un superventas referente del sector, habiendo efectivamente estancado al Moto G.
A ver que nos depara Motorola para su Moto G en el 2016. Por lo pronto espero que apuesten por la segunda opción y luego la quinta y sexta generación nos ofrezcan mejoras incrementales para recuperar margen de beneficios. Eso sería lo más inteligente.
Así, aunque Motorola no ganase dinero a cada tercera iteración de su Moto G, ganaría más que suficiente para compensar dicho ajuste en las segundas y terceras entregas a la par que va solidificando una imagen de marca que sentará un buen precedente para que la compañía se expanda hacia otras áreas.